Necesité varios días para procesar toda la información de conciencia que me aportaste. Esa información que uno la conoce pero no la quiere aceptar. De ahí que uno utiliza tantos “personajes” para tapar lo que uno verdaderamente ES. Volvi a escuchar la charla y volvi a valorar todo lo que me dijiste que coincide tanto conmigo. También me di cuenta que no pude aportar demasiado porque sentía que me ponía a llorar a moco tendido. Y se nota que no me lo permiti. Por lo menos en ese momento que solamente quería seguir escuchándote. Atesoro cada palabra. Desde que corté con vos trato de actuar con esa espontaneidad de la que hablamos. Gracias! Me encantaron las sesiones y tu forma de decir las cosas.